Por qué no se debe descender por la costa
Estás en lo alto de una colina, mirando la carretera. Pones el coche en punto muerto, creyendo que ahorrarás gasolina y ganarás velocidad bajando por inercia. Lo que quizá no sepas es que esta práctica no sólo no ahorra gasolina, sino que puede provocar un accidente. Aquí tienes algunas buenas razones por las que no deberías ir cuesta abajo.
No ahorra gasolina
Algunos afirman que un coche que circula cuesta abajo en punto muerto obtiene mejor kilometraje porque el impulso está creando velocidad "libre", como una bola de nieve rodando cuesta abajo.
El problema es el siguiente. Cuando cambias a punto muerto, el vehículo no inyecta combustible. Para evitar que se cale, el coche necesita más combustible para salir de punto muerto del que utilizaría si condujera cuesta abajo en marcha. No sólo eso, sino que un coche en punto muerto consume casi tanto combustible como un coche al ralentí en un semáforo.
Te pone en peligro
El otro problema de ir por inercia cuesta abajo es que te deja sin un medio de aceleración. Si tienes que esquivar un obstáculo de repente o girar en una curva cerrada, te resultará mucho más difícil mantener el control.
Del mismo modo, no es raro que un conductor olvide que está en punto muerto y luche con el control para volver a la marcha mientras intenta evitar un accidente.
Pero el mayor problema es que el freno motor no es posible en punto muerto. Esto significa que tu coche no reduce de marcha cuando frenas. Eso significa una distancia de frenado mucho mayor, lo que puede aumentar drásticamente tus posibilidades de provocar un accidente.
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